Antes de ser un cóctel, fue un grito de libertad lanzado por un soldado estadounidense en un bar de La Habana para celebrar la independencia de la isla en 1900, al finalizar la guerra contra España.
Es una fiesta al son de ritmos caribeños, los colores vivos de los vestidos de volantes de las cubanas y los fuegos artificiales que iluminan las calles de la Habana Vieja con sus elegantes fachadas.
El caqui funcional, que recuerda al uniforme del Che Guevara, combina armoniosamente con vestidos finamente tejidos a crochet.
La Guayabera, esta icónica camisa cubana, se renueva con bordados ingleses, similares a los que adornan los trajes tradicionales. Un cigarro, un Daïquiri y ¡empieza la fiesta!